Plutón, Neptuno, Urano y Saturno.
Cambios, hitos, un año crucial… estas son sólo algunas de las expresiones utilizadas por los astrólogos para describir el año 2025.
Y no es poco. Si 2024 nos dio el primer contacto con esta energía transformadora, 2025 no nos va a dejar indiferentes.
Imaginemos que la humanidad es una misma unidad (sí, idílico, pero tenemos derecho a soñar). El año pasado, el Universo (que nos quiere mucho) nos dio nuevos pinceles. Este año disponemos de una paleta de colores totalmente nueva. Sólo nos queda crear.
Interesante, ¿verdad? Sí, excepto que (siempre hay un «excepto» en las buenas historias), vamos a tener
que ponernos de acuerdo sobre cómo utilizar estos colores correctamente y, como todos sabemos, ¡eso podría no ser tan fácil!
¿Cuáles son los nuevos colores?
En primer lugar, uno que ya hemos podido utilizar en 2024 es «Transformaciones sociales» debido a la transición de Plutón a Acuario. Después de más de un año en transición ¡Esta vez se muda definitivamente! Plutón ha decidido, por fin, hacer las maletas y entregar las llaves a su antiguo anfitrión, Capricornio. Plutón se va encantado. Ahora podrá dedicar los próximos 20 años a transformar y renovar su nuevo hogar: Acuario.
¿Cual es su meta? : Transformar la forma en que funcionamos como colectivo (a nivel político y social) así como el uso que hacemos de las nuevas tecnologías. Con Plutón, los extremos se atraen y se oponen
Por su parte, Neptuno y Saturno han creado el color «Nuevos comienzos». También ellos sueñan con el cambio. Poco entusiasmados con la idea de vivir solos, se mudarán juntos a su nuevo hogar: Aries. Están de acuerdo en que es hora de pasar a la acción. Desafío e innovación son las consignas. Estamos entrando en una nueva frecuencia que abre el camino a nuevas experiencias artísticas, prácticas médicas y espirituales, nuevos medios de comunicación (o formas de gestionar los medios), nuevos líderes (para bien o para peor). El campo de posibilidades está abierto para que nuestros sueños tocan la materia y se hagan reales.
Urano, incapaz de dejar pasar esta oportunidad de cambio, también quiere salir y visitar a su querido amigo: Géminis. Empieza a sentirse encorsetado en Tauro (demasiado conservador para él) y quiere tomar un poco de aire fresco. Su color es «En búsqueda de nuevos horizontes». Desea recordarnos que nada es permanente y que puede ser el momento de revisar nuestras formas de comunicarnos y relacionarnos. ¿Cómo vamos a utilizar la tecnología? ¿En qué tipo de entorno queremos evolucionar? ¿Qué tipo de educación deseamos ofrecer a nuestros hijos? Todos estos son ámbitos que probablemente se verán sacudidos en los próximos años.
Para no agobiarnos demasiado en estos tránsitos, estos 4 planetas han decidido establecer una línea telefónica directa (llamada Triángulo Menor en astrología) entre sus nuevas posiciones. De este modo, pueden comunicarse fácilmente entre ellos para preparar toda una combinación de talentos y oportunidades que enviar a la humanidad. Les damos las gracias por ello. Todo lo que tenemos que hacer ahora es ponernos en movimiento (y de acuerdo) para recibir y accionar estos mensajes. ¡Y no hay que preocuparse, habrá movimiento!
Transformaciones sociales: Plutón
Plutón hizo su primera aparición en Acuario en marzo de 2023. Un vistazo rápido que repitió varias veces durante 2024, antes de regresar a Capricornio, su anfitrión durante los últimos 15 años.
Pero desde noviembre de 2024, es definitivo. Plutón se traslada a Acuario, y por una larga temporada. Permanecerá allí durante 20 años, el tiempo necesario para reorganizar la energía de este signo de aire.
Acuario es un signo de libertad, renovación y originalidad. Su papel es hacernos conscientes del mundo social en el que vivimos. Es un signo humanitario que no duda en rebelarse cuando la libertad del mundo está en peligro. Actúa en nombre del bienestar colectivo, en nombre de la fraternidad universal. Por eso gobierna las masas, el colectivo, las organizaciones humanitarias, pero también la política y las ideas progresistas.
Futurista, es un visionario y se siente atraído por todo lo que puede considerarse vanguardista. Le gusta lo nuevo y lo anticonformista. Naturalmente, está vinculado a las nuevas tecnologías, pero también a las ciencias llamadas «alternativas», como la astrología.
Plutón, en cambio, es un planeta que transforma profundamente el signo que ocupa. Poderoso, tiene el don de ponernos cara a cara con nuestras sombras. Potencia creadora y energía de lucha interior, su papel es «matar» lo que ya no nos pertenece para dejar paso a lo nuevo y al renacimiento. Aunque esto nunca es muy agradable con Plutón, siempre es liberador.
¿Energía transformadora en un signo colectivo? Como habrás deducido, choca en el mundo: Lo vimos con la guerra en Ucrania, luego en Israel/Palestina. Plutón, planeta de las luchas de poder, destruye para que pueda instaurarse un nuevo orden mundial. No obstante, al dia de hoy, las nociones de libertad e independencia están más que amenazadas y es el lado fanático, retraído y violento de Plutón el que actúa.
En España, Francia, Holanda, Italia y muchos otros países, los partidos políticos extremistas están ganando poder. La excepción se convierte en norma, incluso en países donde la libertad forma parte del lema.
Plutón está, pues, en plena acción. Su objetivo es transformar radicalmente la forma en que queremos evolucionar como colectivo. El grupo, las masas y la política necesitan una actualización. Pero, como toda actualización, a menudo trae confrontación. Se nos pide que nos desprendemos de lo viejo sin saber lo que nos depara el futuro. En resumen, da miedo, incluso terror, de ahí las reacciones extremistas. No olvidemos que su último tránsito por Acuario fue en 1789, durante la Revolución Francesa.
Por supuesto, no es necesario recurrir a tanta violencia, y depende de nuestro libre albedrío decidir cómo queremos vivir los cambios. Entonces, ¿qué vamos a decidir, como humanidad, para los próximos 20 años?
Sin duda, con este tránsito, el sistema social continuará su lenta y suave destrucción. Pero, ¿cómo queremos vivir este periodo de transición? ¿Qué tipo de escenario social y colectivo queremos dejar a las generaciones futuras? ¿Cómo, a través de este caos, vamos a reinventarnos y a tratar las cuestiones humanitarias, colectivas, sociales, políticas y climáticas?
En otro orden de ideas, Acuario es también el maestro de las nuevas tecnologías, los medios de comunicación y las redes sociales. Como también hemos visto en los últimos 2 años, el progreso tecnológico ha dado un giro importante. Una vez más, los dos extremos corren el riesgo de polarizarse antes de encontrar un equilibrio. Así que podemos esperar que la información en línea se convierta en la norma… ¡También que haya cada vez más resistencia a esta norma! No se trata sólo de la información de los medios de comunicación, sino también de la información individual.
En un mundo en el que todo se digitaliza, Plutón nos empuja a replantearnos la noción de libertad. ¿Qué significa ser libre? ¿Vamos a aceptar que se nos rastree constantemente y que se nos «conecte en red»? ¿Hasta qué punto vamos a dejar que la IA se apodere de nuestro poder personal? ¿Qué lugar queremos que ocupen los robots y las máquinas en nuestra vida cotidiana?
Plutón es un extremista, y también lo es Acuario. Obviamente, ¡se trata de una agitación! Pero no olvidemos que estas transiciones son una oportunidad para revisar y restablecer la noción de libertad, para que podamos redefinir y reclamar nuestro poder como colectivo. El Universo sólo está esperando una cosa: despertar nuestra conciencia para que podamos actuar a favor del cambio.
Un nuevo comienzo: Neptuno y Saturno
Este año, el signo de Aries recibe visitas: Neptuno y Saturno. Los sueños (Neptuno) y la materia (Saturno) se encuentran para empezar de nuevo juntos.
Neptuno se adelantará un poco al calendario, ya que llegará a Aries en abril de 2025. Permanecerá allí hasta octubre de 2025 antes de volver a Piscis (el signo donde ha pasado los últimos 14 años). Finalmente, a principios de 2026, se instalará definitivamente en Aries.
Por su parte, Saturno entrará en Aries en mayo de 2025. Planeta más rápido que Neptuno, sólo habrá tardado 2 años en atravesar el signo de Piscis. Al igual que Neptuno, hará algunos viajes de ida y vuelta entre Piscis y Aries durante 2025 antes de instalarse definitivamente en el segundo en febrero de 2026.
Espiritual y abierto al mundo, Neptuno representa el amor universal e incondicional. Signo de artistas y de personas que ayudan, Neptuno está dotado de una gran compasión y empatía. Sensible al sufrimiento humano, también puede hacernos nadar en aguas turbulentas. A veces, la falta de límites, la niebla, la ilusión y, por tanto, la decepción son también sus consignas.
Saturno representa la solidez, la estructura y la estabilidad. A diferencia de Neptuno, que habla de disolución, Saturno busca la concreción. Nos permite asumir responsabilidades y controlar nuestra vida con el objetivo de elevarnos. Planeta de autoridad, Saturno es el juez, el que hace cumplir las leyes y pone límites, pero también el que nos enfrenta a nuestros miedos y a nuestras resistencias.
Dos energías un tanto opuestas que, sin embargo, han decidido unir sus fuerzas. Es el sueño contra la realidad, las ilusiones contra los hechos. La particularidad de esta conjunción es que tendrá lugar en el 1er grado de Aries.
Aries, el 1er signo del zodíaco, está en busca de retos e iniciativas. Como pionero, está lleno de audacia y busca emprender cosas nuevas. Es un nuevo comienzo para estos 2 planetas, que nos dicen que es hora de poner en práctica nuestros ideales. Es cierto que Neptuno puede aportar vaguedad y confusión a la estructura (y, por tanto, a la autoridad mundial vigente). Sin embargo, Saturno (el gobierno) también puede poner orden y ayudar a poner en práctica los ideales neptunianos (humanitarios, ecológicos y espirituales).
La última vez que vimos a Neptuno en Aries fue de 1861 a 1874. Si retrocedemos en el tiempo hasta los Estados Unidos, este tránsito coincidió con la Guerra de Secesión, que condujo a la abolición de la esclavitud y a la modificación de la Constitución estadounidense (y, de paso, a la aniquilación de la población nativa americana). También fue testigo de la creación de la Cruz Roja (1864), de la aparición del Blues y de la primera fotografía en color.
2025 es el comienzo de una corriente que pondrá a prueba nuestra capacidad de adaptación. La humanidad está abocada a experimentar nuevas formas de vida. Pero ¿estamos preparados para dejarnos inspirar? ¿Para acoger nuevas corrientes de pensamiento? ¿Seremos capaces de ayudarnos a nosotros mismos y abrir nuestras puertas al mundo (Neptuno), o permaneceremos en nuestros miedos, cerrando aún más nuestras fronteras (Saturno)?
Aries es un líder nato, así que ¿quiénes serán los influenciadores del mañana (Neptuno)? ¿Qué figuras políticas, espirituales, culturales, ecológicas y sociales serán la nueva cara del mundo?, y ¿Tratarán de imponer sus leyes (Saturno)? Cuidado con la manipulación y los manipuladores (gurús, políticos carismáticos, etc.) porque con Neptuno, podemos dejarnos influir ciegamente por lo nuevo. A menudo en las nubes y viviendo en un «mundo ideal». Es la presencia de Saturno a su lado la que puede ayudarnos a mantener los pies en el suelo.
Por otra parte, Aries es el signo de la acción, del fuego y, por tanto, de la guerra. Sin embargo, Neptuno, el humanitario, puede dejarse llevar fácilmente por su confusión, dejando vía libre a la autoridad saturniana para introducir nuevas reglas sobre la tenencia o el uso de armas, o sobre el estallido de nuevos conflictos. ¿Cómo luchará la humanidad por sus derechos y libertades? En Aries, el signo del combate, no esperemos que las cosas vayan sobre ruedas.
No nos quedemos en la oscuridad, observemos que, en un plano más positivo, las corrientes espirituales (Neptuno) y las medicinas ancestrales (Saturno) también pueden dejar su huella y ser reconocidas oficialmente (Saturno) en la escena internacional como prácticas que desarrollan el bienestar humano. También podemos esperar la llegada de nuevos movimientos artísticos (música, danza, pintura, etc.). Neptuno, regente de los mares y océanos, puede propiciar avances científicos para regular, distribuir y gestionar mejor el agua. Por último, mientras que Plutón tiende a colapsar los sistemas sanitario y social, Neptuno y Saturno, por su parte, pueden desarrollar y poner en práctica ideas innovadoras y beneficiosas para mejorar la atención médica y el apoyo mutuo.
Se trata de 2 energías muy distintas que bailarán juntas en Aries entre 2025 y 2026. En este viaje lleno de nuevos retos, el Universo nos pide que mantengamos firme la nave. Para construir alto, necesitamos estar profundamente anclados.
En búsqueda de nuevos horizontes: Urano
Por su parte, Urano también ha decidido subirse al carro del cambio. Tras 8 años en Tauro, hará su 1ª aparición en Géminis en julio de 2025. Al igual que sus compañeros, irá y vendrá entre su antigua y su nueva casa antes de instalarse definitivamente en Géminis en mayo de 2026 durante los próximos 7 años.
Urano es un planeta lleno de novedades, sorpresas y oportunidades. En analogía con Acuario, es una energía que aporta progreso e innovación en un intento de conducirnos hacia una mayor libertad y autonomía. Aunque tenso e imprevisible, es un planeta visionario y abierto.
Los Geminis están más que encantados de recibir la visita de Urano. Vinculados a la comunicación, el intercambio, el comercio, los viajes y la educación, los Géminis son curiosos, ingeniosos y buscan el conocimiento y el descubrimiento. Nunca se quedan quietos, tienen una necesidad incesante de moverse y estar en movimiento.
Al igual que Urano, son bastante nerviosos y dispersos y, al igual que Urano, son creadores de ideas.
Un planeta de aire en un signo de aire, ¡Lo menos que podemos decir es: “respira”! Aquí, las ideas vuelan y no hay quien pare el progreso. A título de ejemplo, la última vez que Urano cruzó Géminis fue entre 1941 y 1948. Un año de guerra, por supuesto, pero también de posguerra.
Este periodo de renovación conoció un auge de la libertad de expresión (nuevos periódicos, programas de televisión y radio). La gente salía de la penuria y tenía ganas de vivir y disfrutar de la vida. El comercio (Géminis) y la economía se recuperaron. En Estados Unidos se fabricó un número récord de automóviles y aumentó el número de autopistas, lo que facilitó los desplazamientos (Géminis). Tras estos oscuros años de separación, la atención se centró en el desarrollo de los encuentros, los intercambios y la movilidad.
¿Qué podemos esperar en los próximos años?
Urano (como Acuario, su regente) apoya las nuevas tecnologías. Géminis es un signo que representa el comercio, la educación y las redes locales (barrios, restaurantes, bares, lugares de encuentro, etc.). A riesgo de repetirse, el Universo se obstina en preguntarnos cómo vamos a utilizar la tecnología. ¿Queremos depender esencialmente de plataformas de Internet (cuyo nombre no mencionaremos aquí) para hacer nuestras compras? ¿O vamos a recuperar el gusto por el desarrollo de los comercios de proximidad? ¿Qué queremos poner en marcha para nuestra comunidad (barrio, distrito, ciudad)? ¿Cómo queremos crear vínculos sociales? ¿En línea? ¿En persona? ¿Qué poder queremos dar a las aplicaciones de citas?
Desde un punto de vista más positivo, también podría ser el momento de dar a la IA el lugar que le corresponde y, sobre todo, de formar a las personas para que la utilicen correctamente. Gracias a la armoniosa relación entre Urano, Neptuno y Saturno, nuestra inspiración puede permitirnos dar grandes pasos en este campo, estableciendo al mismo tiempo nuestros límites de actuación.
Por otra parte, Géminis es el signo de la educación. Con Urano, podemos esperar una desmaterialización de las herramientas de aprendizaje. ¿Escuelas en línea? ¿Cursos por correspondencia? ¿Ordenadores en lugar de libros? Como hemos visto, el teletrabajo está firmemente arraigado en nuestra sociedad y la formación en línea no deja de crecer. ¿Qué pasará con la escuela y el trabajo?
Con un Urano marginal y en las garras del progreso, también puede ser que el sistema educativo revise (¡por fin!) su forma de funcionar para adaptarse a las necesidades de nuestros hijos. Con el desarrollo de las escuelas alternativas, las clases al aire libre y la extensión de los trabajos prácticos, con esta configuración podemos atrevernos a esperar una renovación del pensamiento educativo.
Preguntémonos cómo queremos apoyar a las generaciones futuras en su aprendizaje para que se conviertan en adultos libres y autónomos (y no en robots formateados).
Por último, Urano, también conocido como «lo fuera de lo común», puede allanar el camino para la inclusión de las personas, principalmente niños, con discapacidad. Con nuevas estructuras, cuidados o el reconocimiento de su estatus, su presencia en Géminis puede abrir la puerta a nuevos debates sobre la diversidad. Géminis, el signo de la comunicación, también se ve impulsado por Urano a desarrollar diferentes formas de lenguaje. Escritura inclusiva, emoticonos, makaton, lenguaje de signos…, no dudamos en salir de nuestra zona de confort y poner en marcha nuevas formas de hablar, escribir y comunicar que nos permitan forjar vínculos con individuos y poblaciones categorizados como «diferentes» o «fuera del sistema».
Con Urano, los acontecimientos se mueven con rapidez. Es animado, dinámico y puede que no nos demos cuenta de lo rápido que se mueve el mundo. Ya se trate del transporte, el comercio, la educación o la comunicación, nos interesa subirnos al tren. Porque, sólo una vez a bordo, estaremos en mejores condiciones de controlar la dirección que tomamos y de fijar nuestros límites en cuanto a la velocidad de la acción.
El año pasado se produjeron grandes cambios globales. El Universo está poniendo a prueba nuestra capacidad para adaptarnos a estas transiciones y redefinir un nuevo orden mundial, al tiempo que establecemos nuestra estructura en términos de cómo vivimos nuestras vidas y realizamos nuestros ideales. Afortunadamente, todas estas energías están en armonía entre sí, ayudándonos a dar una dirección precisa y bien fundamentada a nuestras acciones.
Hoy, estamos experimentando los comienzos de esto. Como espectadores más que como actores, corresponde a la próxima generación, los niños y niñas de 2025-2026, como portadores de estas transformaciones emprender acciones. Debemos apoyarnos en ellos y ellas para llevar a cabo estos cambios y crear el mundo del mañana.
NB: Todos estos tránsitos son globales, y para hacernos una mejor idea de cómo pueden influirnos a nivel personal, es importante determinar dónde, cuándo y cómo actúan en nuestra carta natal.
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