Un año para afianzar el cambio.
Tras los trastornos de 2025, 2026 nos invita a integrar, encarnar y sentar las bases. Es un año de profunda transición, en el que los planetas lentos, desde Júpiter hasta Plutón, configuran un nuevo panorama interior y colectivo. Poco a poco dejamos atrás las ruinas de un mundo antiguo para entrar en una era de iniciativas, de rupturas, de agitaciones… pero también de esperanza, de visión y de conexión humana.

Plutón en Acuario
(Re)volución de las conciencias
Desde su entrada definitiva en noviembre de 2024, Plutón activa de forma duradera profundas mutaciones en el colectivo. En 2026, su energía se vuelve más palpable: sacude las estructuras sociales, políticas y tecnológicas y nos empuja a reconsiderar nuestra relación con el poder, la libertad y la cooperación.
- Transformación de los sistemas sociales, políticos y digitales.
- Conflictos y diálogos en torno a la libertad, el ser humano y la tecnología.
- Cuestionamiento de las estructuras de autoridad y del poder centralizado.
- Despertares colectivos: luchas sociales, movimientos ciudadanos, nuevas utopías.
Una tensión entre el pasado y el futuro, entre quienes quieren preservar el orden establecido y quienes sueñan con un mundo completamente reinventado. Plutón en Acuario intensifica tanto los reflejos de control (a través de la tecnología, la ideología o los regímenes autoritarios) como el deseo de emancipación.
¿Qué mundo queremos construir? ¿Qué sentido le damos al progreso? ¿Qué lugar queremos dar a la cooperación y a la inteligencia colectiva?
Plutón también nos pide que transformemos en nuestro interior los miedos, el individualismo o las resistencias al cambio que frenan el surgimiento de un mundo más solidario y consciente.
Consejo: Conectar con causas justas, con la inteligencia colectiva. Ser actor del cambio sin perderse en él. Alimentar visiones innovadoras y éticas.

Neptuno y Saturno en Aries
Atreverse a dar el salto, encarnar el ideal.
A principios de año, Neptuno y Saturno se instalan en Aries tras un primer paso en 2025. Dos energías opuestas pero complementarias: Neptuno sueña, Saturno estructura. Juntas, inician un ciclo de renovación en nuestra forma de avanzar hacia nuestros ideales.
Entonces surgen:
- Nuevos impulsos guiados por el coraje, el sentido y la intuición.
- El riesgo de fanatismo o ceguera si el impulso no se canaliza.
- Una redefinición del liderazgo: actuar sin dominar, afirmarse sin aplastar.
Neptuno en Aries infunde una fe viva, un fuego sagrado, una confianza espontánea en nuestros impulsos internos. Pero esta energía también puede desviarnos si se vuelve ciega o idealizada. De ahí la importancia del discernimiento: creer, sí, pero con lucidez.
Saturno, por su parte, nos devuelve a la realidad. En el signo de Aries, nos enseña a canalizar el impulso para que se convierta en algo constructivo. Ya no se trata de lanzarse a ciegas, sino de aprender a construir con rigor, a convertirse en nuestro propio pilar, a asumir plenamente nuestra responsabilidad personal en un mundo en constante cambio.
Consejo: Actuar con conciencia, sin precipitarse. Realizar acciones acordes con los valores profundos. Hacer del liderazgo ético un pilar. Mantener los pies en la tierra. Comprometerse, sí, pero manteniendo la lucidez.

Urano en Géminis
El intelecto en plena ebullición.
A finales de abril, Urano deja Tauro para instalarse en Géminis. Después de un primer paso en 2025, inicia una profunda renovación en nuestra relación con el pensamiento, la palabra y la inteligencia.
Podemos esperar:
- Una aceleración de los cambios en la educación, los modos de pensamiento, la circulación de la información.
- Innovaciones en los transportes, las redes, las tecnologías de comunicación.
- Una proliferación de ideas, intercambios, nuevas formas de conocimiento.
No obstante, esta estimulación también puede convertirse en dispersión, e incluso en sobrecarga mental. Urano en Géminis es dinámico, inventivo, brillante, pero a veces nervioso, inestable, saturado. Nos invita a desarrollar un pensamiento ágil pero arraigado, a discernir lo esencial en el torrente de información. Se tratará de conectar sin dispersarse, de compartir sin diluirse.
Consejo: cultivar la agilidad intelectual mientras se mantiene un pensamiento estructurado y aprender a discernir lo verdadero de lo falso. Encontrar un lenguaje que una en lugar de dividir.

Júpiter en Cáncer, luego en Leo.
Del anclaje emocional a la afirmación de uno mismo
En 2026, Júpiter, planeta de crecimiento, sentido y expansión, transita por dos signos: permanece en Cáncer hasta el verano, antes de entrar en Leo.
En Cáncer:
- Valora las raíces, la familia, la seguridad interior.
- Favorece los impulsos de benevolencia, solidaridad, protección.
- Apoya los proyectos relacionados con el cuidado, la ecología afectiva, el retorno a lo local.
Luego en Leo:
- Invita a cada uno a afirmar su singularidad, a crear, a brillar.
- Impulsa a abrazar su misión del alma, a atreverse a ser plenamente uno mismo.
- También llama a vigilar los desvíos del ego, la arrogancia, la necesidad de reconocimiento a toda costa.
En Cáncer, pone luz sobre los valores del corazón, del hogar, de las raíces. Favorece los impulsos protectores, las solidaridades familiares, las alimentaciones interiores. Nos recuerda la importancia de la dulzura, del vínculo sensible, del anclaje afectivo. Más tarde, en verano, durante su paso por Leo, despliega una energía completamente diferente: más solar, más creativa, más radiante. Anima a cada uno a brillar con su propia luz, a afirmar su identidad, a atreverse a resplandecer sin arrogancia. De la ternura al orgullo, de la escucha a la expresión, Júpiter en 2026 nos propone un viaje del capullo al escenario, de lo íntimo a la visibilidad.
Consejo: nutrir su mundo interior y cultivar los lazos profundos; cuando llegue el momento, expresarse libremente, brillar sin esconder a los demás.

Vivir 2026 con conciencia: algunas claves
- Enraizarse en su verdad personal.
Con todos estos planetas lentos en signos de acción (Aries, Géminis, Acuario), hay un gran llamado al movimiento. Pero debe estar alineado.
- Cultivar la inteligencia colectiva.
Los antiguos modelos se desmoronan; la cooperación se vuelve vital. Encontrar su «tribu del alma», crear redes basadas en valores auténticos.
- Escuchar la intuición, pero confrontarla con la realidad.
Neptuno en Aries puede encender los ímpetus espirituales o ideológicos. Hay que soñar sin perder la lucidez.
- Revisitar nuestra relación con el poder personal.
Saturno en Aries y Plutón en Acuario plantean la pregunta: ¿qué significa actuar con poder? El poder personal debe volverse ético y colectivo.
- Integrar el cambio como motor de vida.
Urano y Plutón empujan a no resistir más. Es mejor acompañar las transformaciones que sufrirlas.
Así se perfila el año 2026: un mosaico de pasajes, de tensiones fecundas, de metamorfosis a veces brutales, pero siempre portadoras de sentido si elegimos atravesarlas con conciencia. Entre cielo y tierra, entre el pasado que se desvanece y el futuro que se anuncia, este año nos llama a encarnar una nueva madurez, a asumir la libertad con responsabilidad y a encontrar nuestro lugar en el gran relato colectivo que se está escribiendo.
NB: Todos estos tránsitos son globales, y para hacernos una mejor idea de cómo pueden influirnos a nivel personal, es importante determinar dónde, cuándo y cómo actúan en nuestra carta natal.
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